El ingenio español se aguzaba al máximo para poder ver un partido sin tener que abonar el precio de la entrada que en aquellos años no era precisamente barata ni estaba al alcance de todos los bolsillos.

Como pícaros modernos, nuevos Lazarillos de Tormes o Guzmán de Alfarache, los aficionados españoles de la época eran capaces casi de cualquier cosa por ver fútbol.

Desde subir a la copa de los árboles como se aprecia en la foto que ilustra esta noticia, hasta buscar una rendija desde la que seguir el encuentro...

...o subirse a unos andamios, eso sí, bien pertrechados de prismáticos, para ver las acciones del juego...

E incluso escalar un muro, retando al mismísimo Isaac Newton, poniendo en juego la integridad física...

Eran otros tiempo, las épocas heroicas del fútbol en las que como señalaba Carlos Martel, autor del artículo en el que aparecen estas fotos (Boletín Nº 45 de la RFEF de septiembre de 1953), "las ventajas económicas, como todo lo que es ahorro, lleva su sacrificio... (los árboles) no tienen la culpa que un descenso precipitado ponga en peligro la integridad de ciertas prendas".

Y no solo de ciertas prendas... aunque por encima de todo prevalecía la pasión por el deporte rey.