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Francia 1922: así nació el mito de “La furia española”

Se cumplen 100 años desde dos victorias con alto valor simbólico: una, en la primera visita a domicilio a la selección francesa, por un contundente 0-4; la otra, el 1-2 frente a Portugal



Hace ahora 100 años, la Selección viajó, por primera vez, a Francia. El 30 de abril de 1922, España se enfrentó al combinado galo en el estadio Bouscat de Burdeos, alcanzó un triunfo demoledor (0-4) y significativo gracias a dos goles de Travieso y otros dos de Alcántara. Una victoria que, curiosamente, fue el comienzo de la construcción del mito de “La furia española”.

Paulino Alcántara, autor en 1921 de los dos goles de la victoria en San Mamés ante Bélgica continuó su racha goleadora, bigoleadora, durante 1921-22: anotó dos más a Portugal y otros dos a Francia. Uno de sus potentes “chuts” fue en ese partido en Le Bouscat… e hizo que se ganara el sobrenombre de “Romperredes”. Un balón perdido, que rondaba el borde del área, fue rematado por Alcántar con tal potencia que abrió un hueco en la red, que no resistió el impacto y cedió.

Fue el 0-2 y así lo contó Madrid Sport: “Sale Francia y Meana intercepta. Pepito, escapa a lo largo de la línea y larga un centra raso. Alcántara, entra a toda mecha, rematando con un shoot colosal el goal; la pelota rompe la red. (Ovación ruidosa y prolongada.) Veinte minutos”.

Tanto en ese partido como en el siguiente, frente a Portugal, la furia siguió siendo la clave de unas victorias que, a pesar de ser brillantes, no ocultaban ciertos problemas que señalara, por ejemplo, el periódico Jornada Deportiva: “Los españoles no tenemos ninguna táctica. Todo cuanto acontece en los campos es resultado de febril  improvisación; pero como improvisación latina, fértil en… recursos… su táctica consista en no tener ninguna”.

La prensa ayudó no solo a construir, consolidar y extender el mito de la “furia española”, como se ha visto, sino también a mostrar los éxitos de la selección como símbolo de renacimiento de los valores nacionales y, por ende, del protagonismo de España en el concierto internacional.

El partido de Burdeos fue uno de los encuentros que provocó mayores muestras de orgullo nacional ya que encarnaba el renacimiento español en todos los ámbitos. José Senén de la Fuente, en un artículo en Madrid-Sport, dejaba bien claro esa conexión entre éxitos futbolísticos y el papel de España como nación en el mundo, sobre todo cuando afirmaba que “una vez más, la “furia española”, unida a una técnica soberbia, ha dado un mentís rotundo a los misérrimos pesimistas propaladores de la decadencia española… España necesita resucitar de sus cenizas y como el ave Fénix. El espléndido triunfo de Burdeos puede ser un escalón... Escalemos, pues nuestro puesto de honor...”.